San Pablo Miki, Juan Soan y Diego Kisai y 23 Mártires más.
San Francisco Javier, con dos compañeros jesuitas, navegó en el año 1.549 a la ciudad de Kagoxima en la isla de Kyushu.
En dos años establece cinco cristiandades con un grupo de dos mil personas.
Japón desde el principio es un campo muy querido por los jesuitas. Durante 40 años, la Compañía de Jesús realiza solo el trabajo misional. Debido a ello la vida religiosa en Japón queda muy marcada por la espiritualidad de los Ejercicios de San Ignacio.
En 1.579 el P. Alejandro Valignano S.J. visitador de las misiones de Oriente, se impresiona de la profunda fe de los japoneses. En las islas hay 54 jesuitas y 150.000 cristianos. La esperanza es grande. La Iglesia crece. Las vocaciones del país aumentan y la función del clero está asegurada.
En el año 1.587, Tocoyomi Hideyoshi, cambia todo repentinamente con su actitud. Prohíbe la predicación de la fe cristiana y dispone la expulsión de los misioneros. No aduce razones. Parece ver en el influjo creciente del cristianismo un impedimento a sus pretensiones de poder total. Tal vez le inquietan las relaciones de los cristianos con los extranjeros.
La Compañía de Jesús crece hasta 134 jesuitas y los fieles son más de 200.000. Los comandantes de la armada y el ejército son cristianos.
En el año 1.593 Hideyoski cambia su nombre por el de Taicosama o " supremo señor". Es orgulloso y dicta un decreto de persecución y condena a 6 franciscanos y a 15 japoneses que son condenados a muerte de cruz.
En los registros de la Residencia jesuita de Osaka detienen a tres japoneses de la Compañía de Jesús.
Así el 5 de febrero de 1.597 mueren en total 26 Mártires por la fe.
San Pablo Miki.
Pablo Miki nace en Jamasciro en 1.564, no lejos de Miyako, la capital de Japón. Pertenece a una familia importante. Su padre es Fandoidono Miki, militar al servicio del emperador de Nobuganda. La madre, de nombre María en el bautismo, es también de noble condición. La costumbre japonesa no permite matrimonios dispares.
El la corte de Miyako, los padres conocen a los Padres de la Compañía de Jesús. Reciben el bautismo en 1.568. Junto con ellos es también bautizado Pablo, a la edad de 4 años.
Pablo crece con su familia cristiana. La madre, especialmente,se esmera educando en devoción y buenas costumbres.
A los 11 años Pablo ingresa en el Colegio de la Compañía de Jesús en la capital imperial.
En 1.580 Pablo decide ingresar en el Seminario de Azuki.
Pablo Miki sigue los estudios de latín y de literatura japonesa. Para un japonés el latín es muy difícil, destaca en matemáticas y ciencias, y avanza en lo espiritual, tanto que pronto acompaña a los jesuitas en los ministerios de catequesis y en ceremonias litúrgicas.
A los 22 años Pablo pide su ingreso en la Compañía de Jesús, los jesuitas le sugieren hacer los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. Los tiempos son difíciles y entrar en la Compañía es exponer la vida. Pablo se somete, hace los Ejercicios Espirituales y confirma su vocación. Es admitido. En agosto de 1.586 entra al Noviciado de Todos los Santos, en la ciudad de Nagasaki. Sirve en el hospital de San Lázaro, visita a los pobres y se ejercita en trabajos humildes para la comunidad.
Pablo estudia, trabaja duro y escribe, es el primer autor japonés de Teología polémica.
A los 33 años es aceptado a la ordenación sacerdotal.
Los acontecimientos se precipitan y todo cambia y el 3 de Enero Pablo junto con 25 detenidos más son encarcelados, para más tarde sacarlos de la prisión y en la gran plaza empezar los tormentos delante de todo el pueblo.
El verdugo les corta a todos un pedazo de la oreja izquierda. En verdad es una benevolencia del Gobernador. La sentencia es, cortar las dos orejas y entera la nariz, es lo habitual a todo condenado a muerte sufrir esta tortura.
Dos cristianos de Osaka recogen los trozos cortados, es la primera sangre derramada en la Iglesia del Japón.
Suben a los 26 en unas carretas, Pablo Miki y sus dos compañeros van en la última. Heridos recorren la calle principal de la ciudad, precedidos por el edicto de muerte, escrito en japonés que dice así: " Vinieron como embajadores desde Filipinas. En Miyako predicaron la ley de los cristianos que yo prohibí rigurosamente los años anteriores. Construyeron una Iglesia. Ordeno que sean ajusticiados y con ellos los japoneses que se hicieron cristianos. Los 26 serán crucificados en Nagasaki. La ley cristiana está prohibida. Los que desobedezcan serán castigados, ellos y sus familias. En el primer año del Rey, en el día 20 de la undécima luna".
El cortejo avanza lentamente. Los cristianos están en la calle y Pablo reza el Padrenuestro y el Ave María. Canta y el pueblo lo acompaña.
Taicosama pretende infundir terror hacia el cristianismo..
La cruz del Japón.
La cruz japonesa consiste en un tronco con dos travesaños. Uno más largo arriba para los brazos. Otro más corto abajo para los pies, En el medio hay una saliente que sirve de asiento al ajusticiado, No se usan clavos.
La víctima queda aprisionada al madero con cinco anillos de hierro: dos a los pies, dos a las muñecas y una al cuello. La muerte se da con dos lanzazos, que entran por los costados, atraviesan el pecho y salen por los hombros.
Todos besan la cruz y se tienden sobre ella, los 26 son levantados al mismo tiempo en la colina, frente a frente a la ciudad, El quinto es Diego Kisai, el sexto, Pablo Miki, a su izquierda Juan Soan, teniendo a sus pies al anciano padre.
Todos entonan el TE DEUM como himno de acción de gracias.
Después Pablo Miki habla por todos: " Por favor, escúchenme. Yo no soy extranjero. No he venido de Filipinas. Soy japonés como Vds. y religioso de la Compañía de Jesús. Estoy condenado a la cruz, no por alguna falta que haya cometido, sino por haber predicado la ley de Nuestro Señor Jesucristo. Morir por la fe es mi gloria y mi alegría. Es la gran gracia del Señor por mis trabajos. Me encuentro en el último instante de mi vida. Creo en la vida eterna y se que el camino para ella es la fe cristiana. Esta fe nos pide perdonar, aún a los enemigos. Perdono a Taicosama, perdono a todos los que toman parte en mi muerte. A nadie tengo rencor, ni odio. Deseo y pido que todo Japón se salve y para lograrlo, que sea cristiano ".
Al fin los guardias deciden acabar con Pablo, le dan los golpes finales y las dos lanzadas.
Sus últimas palabras fueron: " En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu ". Curioso, la frase de Cristo la dice en latín, el idioma que tanto le cuesta.
El 8 de junio de 1.862 es canonizado San Pablo Miki junto con todos sus compañeros Mártires.
No hay comentarios:
Publicar un comentario