Queridos amigos, el día 23 de Septiembre, fuimos invitados a la casa de unos grandes amigos a compartir conocimientos, amigos y comida, y todo al son de los martillazos que frente a la fragua, sus magníficos alumnos iban dando.
Alejandro, Brenda y su hijo Hector, nos han abierto las puertas de su hogar, lleno de amor, y nos han enseñado como (yo nunca antes lo había visto) se trabaja el hierro, que en manos expertas, al rojo vivo y con certeros martillazos, va cogiendo forma y conviertiendose en maravillosas obras de arte.
Alegría compartida, un precioso día y buenos amigos, es lo que todos hemos sentido en la casa de estos entrañables amigos.
Hasta me podeis ver, en un momento de dura prueba, dando al unísono con Alejandro, martillazos al hierro para forjarlo (me han dado un martllo pequeño haciendo un poco de trampa, porque el grande, no podía ni siquiera sujetarlo con las dos manos).
Gracias a los tres, sabeis que os llevo en mi corazón y que Dios os bendiga.
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