domingo, 17 de noviembre de 2013

Hoy es 17 de Novienbre, celebramos la fiesta de Santa Isabel Reina de Hungría.




                        Queridos amigos, sobre la dura corteza espiritual de la Edad Media, bendecida por la gracia de Dios, brotó una de las flores más delicadas de la cristiandad Santa Isabel de Hungría, llamada Princesa de la Caridad.


                          La palabra Isabel en hebreo significa "consagrada a Dios". Santa Isabel Reina de Hungría es la Santa que me protege, pues cuando me llevaron con apenas días a recibir las aguas bautismales me impusieron su nombre que llevo con orgullo, intentando seguirla por su paso en esta bendita tierra. Lo mismo hice yo con mi hija mayor, también se llama Isabel, y mi hija a su vez con la sulla, mi nieta mayor tamién lleva el nombre de Isabel, a las tres nos viene de mi abuela paterna que así se llamada, cuatro generaciones manteniendo felizmente su santo nombre, que Ella nos proteja y nos cuide a todos.


                             Isabel nace en el año 1.207. hija de Andrés II rey de Hungría y de la reina Gertrudis de Andech- Heran, siendo también sobrina de Santa Eduviges, siendo aún niña, fue dada en matrimonio a Luis Landrave de Turingia, del que tuvo tres hijos,( algunos biógrafos dicen que cuatro).

                            Nuestra Santa, vivía entregada a la meditación de las cosas celestiales y, después de la muerte de su esposo, en una Cruzada, abrazó la pobreza y erigió un hospital en el que ella servía a los enfermos. Murió en Marburgo en el año 1.231.

                                                               

                             Preciosa estampa antigua que nos muestra a San Francisco de Asís  bendiciendo a dos grandes Reyes Santos, San Luis de Francia y Santa Isabel de Hungria, aunque parezca mentira antes había reyes santos, que dedicaban su reinado a hacer todo el bien posible a sus súbditos, y así se ganaron el cielo.

                            Santa Isabel, ruega por los matrimonios, ruega por nosotros, que el Señor nos conceda el don del desprendimiento para dedicar nuestra vida y nuestros bienes a ayudar a los más necesitados.


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